Tras un grupo durísimo en el que igualó 5-5 con Turquía, que logró llegar a cuartos de final y 3-3 con Croacia, semifinalista de esta edición, el equipo argentino selló su torneo con un triunfo resonante frente a Inglaterra: 5-3 en los penales, tras un emocionante 7-7 en tiempo regular.
Pese a no avanzar de ronda, los dirigidos por el cuerpo técnico nacional demostraron que merecieron más: jugaron con un plantel golpeado por las lesiones con un jugador ingresando lastimado y el arquero cumpliendo tareas de pívot y sin recambios en el banco, circunstancias que pusieron a prueba el temple de cada uno.
Con la victoria ante Inglaterra, Los Jabalíes culminaron en el 13º puesto del ranking del mundial, pero con la satisfacción de haberle plantado cara a las principales potencias del futsal sordo. Más allá de la posición, el equipo mostró un proyecto serio y sólido que promete seguir dando que hablar en el futuro.
Actualmente, el plantel se encuentra en viaje de regreso desde Italia hacia Ezeiza, cerrando un capítulo inolvidable de esfuerzo, superación y orgullo celeste y blanco. La bienvenida a casa tendrá sabor a abrazo colectivo: porque dejaron todo y representaron a la Argentina con el alma.