La Lepra mendocina se consagró por primera vez en su historia tras igualar 2-2 y vencer 5-3 en los penales. El equipo de Alfredo Berti sufrió dos expulsiones, un gol agónico en el séptimo minuto de adición y la lesión de su arquero titular, pero encontró en Gonzalo Marinelli al héroe inesperado para sellar una noche histórica en Córdoba.
En el estadio Juan Domingo Perón de Córdoba, Independiente Rivadavia comenzó mejor y abrió el marcador rápidamente. A los 9 minutos, Álex Arce conectó de cabeza un centro desde la derecha y puso el 1-0.
El conjunto mendocino siguió con intensidad, pero antes del descanso sufrió un golpe: a los 41 minutos, Maximiliano Amarfil vio la segunda amarilla y dejó a su equipo con diez jugadores.

Pese a la desventaja numérica, los dirigidos por Berti mostraron temple y se fueron al entretiempo arriba en el marcador.
Ya en el segundo tiempo, Independiente amplió la ventaja con una gran contra. A los 62 minutos, Matías Fernández culminó una jugada rápida y marcó el 2-0, que parecía sentenciar la historia.
Sin embargo, Argentinos Juniors reaccionó enseguida: apenas dos minutos después, Alan Lescano descontó con un remate preciso dentro del área.
El tramo final fue de pura tensión. El técnico Alfredo Berti fue expulsado por protestar, y el desgaste físico empezó a notarse en un equipo que jugaba con un hombre menos.
Sobre el final del tiempo reglamentario, Ezequiel Centurión, arquero titular de la Lepra, debió salir lesionado, lo que obligó al ingreso del suplente Gonzalo Marinelli.
Ya en los minutos adicionados, la situación se complicó aún más: Alejo Osella fue expulsado y Rivadavia quedó con nueve jugadores.
Con 15 minutos adicionados por las interrupciones y revisiones, Argentinos fue con todo. En el séptimo minuto de adición, Erik Godoy aprovechó un rebote dentro del área y empató 2-2, forzando la definición por penales.
El gol desató la euforia del conjunto de Pablo Guede y la desazón en los mendocinos, que debían afrontar la tanda en inferioridad numérica y con su arquero suplente.

En la definición desde los doce pasos, Independiente Rivadavia mostró una frialdad admirable.
Los mendocinos convirtieron todos sus remates: Luciano Gómez, Iván Villalba, Nicolás Retamar, Sheyko Studer y Sebastián Villa sellaron el 5-3 final.
Por Argentinos anotaron Alan Lescano, Hernán López Muñoz y Lautaro Giaccone, mientras que Tomás Molina falló su disparo clave: Marinelli lo atajó dos veces, ya que la primera ejecución fue anulada por adelantamiento del arquero.
El propio Marinelli, ingresado minutos antes por lesión de Centurión, se convirtió en el héroe de la noche, conteniendo el penal decisivo y desatando la locura mendocina en Córdoba.
“Este grupo se merece todo. Jugamos con nueve, sin el arquero titular, pero nadie bajó los brazos. Esto es para Mendoza”, expresó Gonzalo Marinelli, emocionado tras el título.
“Es un orgullo enorme. Nunca voy a olvidar este día. Fuimos un equipo con alma”, dijo Matías Fernández, autor del segundo gol.
Con este triunfo, Independiente Rivadavia logra el primer título nacional de su historia y asegura su clasificación a la Copa Libertadores 2026.
El equipo mendocino, fundado en 1913, inscribe su nombre entre los campeones de la Copa Argentina tras una noche que quedará grabada como una de las más épicas del fútbol argentino reciente.


