Novak Djokovic pasó su segunda noche en Australia en un centro de retención de Melbourne tras la anulación de su visado: el mejor tenista del planeta podría conocer su suerte el lunes, mientras en Serbia, el presidente del país y el padre del jugador denunciaron una “caza política”.
A diez días del inicio del Open de Australia (17-30 de enero), en el que Djokovic ha ganado nueve títulos, incluidas las tres últimas ediciones, el tenista serbio vive una pesadilla. Tenía que pasar el jueves una segunda noche en una habitación exigua del Park Hotel de Melbourne, utilizado por el gobierno australiano para retener a personas en situación irregular.
El tenista no ha querido comunicar si está vacunado contra el Covid-19, y fue conducido allí tras la anulación de su visado por las autoridades australianas, que le han negado la entrada al país, al no tener los documentos necesarios para obtener una derogación médica de la obligación de vacunarse.
El número uno mundial espera el término de su batalla judicial para continuar en el territorio australiano en este hotel de mala reputación. Un incendio estalló allí en diciembre, forzando a su evacuación.
Personas retenidas se quejaron en las redes sociales, apoyándose en fotos, de encontrar gusanos y mohos en los alimentos. Y en octubre, 21 personas contrajeron allí el Covid-19.
Resistirá
“Lo que no es juego limpio es la caza política (contra Djokovic), en la que participan todos, desde el primer ministro de Australia pretendiendo que las reglas son válidas para todos”, afirmó Vucic a la prensa.
Las autoridades serbias hacen “todo lo posible” para ayudar a Djokovic.
El ministerio de Asuntos Exteriores serbio precisó en un comunicado difundido el jueves haber realizado una “protesta oral” al embajador de Australia en Belgrado debido al “tratamiento inapropiado” a Djokovic.
“No es un criminal, un terrorista o un inmigrante ilegal, pero ha sido tratado de esa forma por las autoridades australianas, lo que ha provocado la indignación de sus aficionados y de ciudadanos de Serbia”, precisa el comunicado.
En Belgrado, unos centenares de personas se reunieron, siguiendo la petición del padre de Novak, Srdjan Djokovic.
“Cumplió todas las condiciones necesarias para su entrada y su participación en el torneo, que habría ganado seguro. Ya que se trata de Novak, el mejor jugador de tenis y deportista del mundo”, había declarado el padre antes en una rueda de prensa.
“Jesús fue crucificado y sometido a muchas cosas, pero él (su hijo) ha resistido y está todavía entre nosotros. Novak también ha sido crucificado de la misma manera, el mejor deportista y hombre del mundo. Resistirá”, estimó el padre de Djokovic.
La comunidad serbia de Melbourne se movilizó también manifestándose delante del Park Hotel.
“¿Por qué no le dijeron nada antes de viajar a Australia? ¿Por qué ahora? (…) me gusta a Australia, pero lo que están haciendo ahora es una vergüenza”, afirmó Gordana, une serbia que vive desde hace 26 años en Australia, a la AFP.
Audiencia prevista el lunes
En una primera audiencia este jueves, el abogado del Estado Christopher Tran aseguró que Australia no prevé proceder a dicha expulsión antes de que se celebre otra audiencia, prevista el lunes.
Rafael Nadal dijo este jueves que el tenista serbio debe asumir las consecuencias de no haberse vacunado contra el coronavirus.
“Para mí lo único claro es que si te has vacunado, puedes jugar el Open de Australia y en cualquier parte, y en mi opinión el mundo ha sufrido ya bastante como para no seguir las reglas”, explicó Nadal, que ya se encuentra en Melbourne.
El serbio, que en el pasado se mostró reticente a vacunarse contra el covid-19 y se ha negado repetidamente a confirmar si se inoculó, había obtenido una “derogación médica” para poder participar en el primer Grand Slam de la temporada.
Esto provocó el rechazo de la prensa, de la población e incluso de la clase política australiana, que acusaron a sus responsables de trato de favor hacia el serbio.
Todos los participantes del Open de Australia deben estar vacunados contra el covid-19 o disponer de una exención otorgada por dos comités de expertos independientes.
Djokovic expresó su oposición a la vacuna contra el coronavirus en abril de 2020, cuando se planteó que podría ser obligatoria para reanudar los torneos.
“Personalmente no soy provacuna”, declaró entonces Djokovic. “No querría que alguien me obligue a estar vacunado para poder viajar”.